La nueva entrega introduce un novedoso modo carrera que se enmascara bajo un paraguas cinematográfico, aunque va perdiendo interés. El juego sigue siendo el rey de este deporte.
Es, sin duda, el mejor simulador de baloncesto del momento. Desde hace ya varias temporadas, la serie da lo mejor de este deporte y explora unas mecánicas muy realistas en donde la dificultad forma parte de su enmarañado mundo. «NBA 2K16» mantiene el nivel de la entrega anterior pero, en esta ocasión, juega con el modo historia de una manera muy novedosa.
Dirigida por el cineasta Spike Lee -aficionado a este deporte-, el sistema permite explorar y recrear las vivencias y experiencias de una joven promesa hasta alcanzar el cénit de su trayectoria. Entrenamientos, primeros partidos de instituto, ojeadores que no le pierden de vista y una serie de partidos que obligan a sacar las mejores armas sobre el jugador diseñado (la personalización es bastante profunda y existe un gran abanico de elementos). Secuencias muy «peliculeras» se entrelazan entre cada encuentro, que pueden omitirse para una visualización final bastante conseguida en cuanto al guión. Aunque ese es el problema, que tampoco es que aporte un gran atractivo, da una sensación de desconexión con el baloncesto y va perdiendo interés.
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